sábado, 23 de diciembre de 2023

Familias y deporte


Entre los años 50 y 60 se crearon las Asociaciones de Madres y Padres (AMPA) con el objetivo de representar los intereses de madres, padres y tutores legales en los colegios de sus hijas e hijos. Formar parte de este tipo de asociaciones supone un compromiso en cuanto a dedicación de tiempo para participar en la gestión del centro desde la visión de las familias. Por mi trabajo en el ámbito sociosanitario, encuentro importante esa implicación de las familias teniendo a cambio, voz en los organos de participación que los centros habilitan para ello. Los centros que normalmente son cicateros en escuchar a los familiares de las personas dependientes que viven allí, normalmente tienen muchos problemas de comunicación que se reflejan en un ambiente de queja continua. Por tanto podríamos concluir que cualquier organización que educa, cuida, enseña un deporte a personas, debería tener canales de comunicación abiertos con las familias de forma constante, estructurada y transparente. ¿Qué ocurre con los clubes o escuelas deportivas donde juegan nuestros hijos y nuestras hijas?. Hay de todo. La realidad es que en pueblos pequeños, son los propios padres y madres los que organizan entidades deportivas donde acaban jugando sus hijos e hijas. Es un esfuerzo grande porque todos tenemos jornadas interminables de trabajo y horarios complicados para hacer compatibles las obligaciones laborales, nuestro ocio y la participación en este tipo de entidades. Pero la pregunta es, las personas que gestionan la entidad pese al esfuerzo que hacen, ¿tienen potestad para tomar decisiones sin que sea de forma compartida con el resto de padres y madres?. Yo creo que no. De la misma forma que las AMPA´s hacen esa función de vía de comunicación en los colegios, en los clubes o escuelas deportivas debería ser igual. Pedir la implicación de las familias pero sin darles la posibilidad de dar su opinión, me recuerda al lema "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo" de la época del Despotismo Ilustrado que rezuma paternalismo. Las organizaciones que no escuchan ni a trabajadores, ni a proveedores y ni a clientes y acaban agonizando.

jueves, 2 de marzo de 2023

¿CÓMO SERÁ EN EL FUTURO PARA ELLAS?

¿CÓMO SERÁ EN EL FUTURO PARA ELLAS?


Ella es nacida en Barakaldo. Me comentó con orgullo como en los años 30 tuvo que viajar
como “niña de la guerra” a la Unión Soviética. Allí estuvo 19 años y volvió a Euskadi en 1956.
En ese tiempo para una mujer, pese a tener estudios superiores, le era difícil encontrar
trabajo, me contaba. Su obligación era casarse y tener hijos. Pero una mujer así “asustaba” en
la sociedad matriarcal de la época, en la que la mujer debía hacerse cargo de la casa e hijos.
Tuvo que viajar a Madrid para buscar trabajo. Trabajó durante un tiempo hasta que se casó y
tuvo hijos. Cuando la conocí, vivía en una residencia de personas mayores y con su carácter
tranquilo, me iba dando su opinión respecto a su vida allí.
Ella cambió su vida, pasó su infancia en un país que no era el suyo, al volver sintió que no
encajaba en la sociedad donde había nacido; emigró, encontró trabajo con dificultad, se casó y
tuvo hijos y dejó de trabajar. Finalmente se dedicó a lo que la sociedad de la época tenía
prefijado para ella.
Sus nietas y las nietas de las mujeres de su época, hoy dirigen empresas, dirigen ministerios, se
casan o no, tienen hijos o no,…pero también tienen trabajos precarios, son agredidas por ser
mujeres, son discriminadas cobrando sueldos más bajos y hasta son asesinadas.
Parece que han cambiado muchas cosas pero realmente no tantas. Hoy en día estamos
retrocediendo por caminos que teníamos abandonados. Y me preocupa, me preocupa leer y
escuchar a “señores” y “señoras” políticas, periodistas y opinadores varios, la actitud de
tolerancia hacia conductas repulsivas hacia mujeres que ostentan puestos de responsabilidad.
Que sepan que esas semillas en forma de opinión que plantan hoy, son el odio que germinará
mañana.
Lo que tengo claro es que el futuro será de “Ellas”; de las de entonces, de las de hoy y de las de
mañana.





 

miércoles, 28 de diciembre de 2022

La contradicción de "ganar tiempo, permaneciendo quieto", cuando cuidamos a una persona dependiente

Geert Bettinger en su libro "Avanzar permaneciendo quieto. Una visión diferente de la conducta problemática" señala con acierto, la causa principal del por qué no sabemos cuidar a la persona dependiente (y me da igual cuál sea su situación clínica) es que cuidamos sin ver las necesidades que tiene esa persona. Cuidamos desde el paternalismo. Cuidamos desde nosotros, no desde ellos.

Cuando hace 5 años comencé mi andadura profesional en la Fundación Cuidados Dignos de la Dra. Ana Urrutia, y conocí la Norma LIBERA-CARE de Atención Centrada sin sujeciones físicas ni químicas, como psicólogo, supuso un cambio de visión en cuanto al papel que debemos tener los psicólogos en el ámbito asistencial. Un psicólogo tiene que colaborar con un equipo interdisciplinar a la hora de analizar la conducta de una persona que siendo cuidada rechace los cuidados o tenga comportamientos que para el personal del centro sean "disruptivos". ¿Por qué?, Porque detrás del "Yo he sido un niño problemático" (capítulo del libro) de G. Bettinger, había un niño que necesitaba expresar lo que iba mal en su vida ("Contar su historia") y por eso mandaba "señales", como lo hacen las personas dependientes que no pueden expresarse con palabras. Y por esa razón el autor nos anima a "escuchar" de forma consciente esas señales.

Cuando entendemos la "conducta problemática como señal", buscamos las razones del comportamiento y en muchos casos, esta conducta viene causada por una incapacidad para interpretar esa señal por parte del personal cuidador. Y como no se sabe discernir entre la agitación de una persona por su patología o la agitación de una persona porque quiere ir al baño, o porque se le he hablado de forma no adecuada, o porque hoy ha venido la familia a visitarle,... en muchas ocasiones se utiliza medicación cuando la solución es otra: llevarle al baño, hablarle de forma adecuada, o prever que ese día la familia viene a verle.

Esto supone como dice el autor, tener claro que "cada ser humano es único y requiere de un enfoque único". Y requiere estar quieto porque "Al estar quieto, avanzas", conoces mejor a la persona cuidada y sus necesidades y eres capaz de interpretar mejor su comportamiento.

Se pregunta si reflexionamos sobre si el “cariño” de la persona que cuida contribuye a que un usuario obtenga o mantenga el control de su vida o es todo lo contrario.

O cómo sabemos si debemos “supervisar” o no, las decisiones de la persona cuidada. Ésto nos ayuda a poner delante del espejo nuestros comportamientos: ¿fomentamos la autonomía o seguimos siendo muy paternalistas?. Porque ese paternalismo hace que la persona cuidada “sea más dependiente de nosotros” y como dice Bettinger, tenemos que preguntarnos quién nos otorga ese derecho a que esa persona dependa de nosotros.

El autor no se olvida de normas, protocolos, reglas,... que en la mayoría de las situaciones se diseñan, no desde la perspectiva de los usuarios y sí, desde la perspectiva de instituciones y organizaciones asistenciales. Esas normas generales no dejan ver la individualidad de la persona, y no traslada a sus profesionales la visión de Atención Centrada en la Persona. Tal y como dice Bettinger, el profesional piensa "Lo haré a mi manera" y no entiende que el usuario "adopte una postura diferente a la que queremos"; e interpreta que el usuario "no quiere" o "no nos escucha",Etc...

El hecho de interpretar que el usuario se comporta "como quiere" y no vemos la señal que nos lanza: "No me ignores", tiene como consecuencia la utilización, en muchos casos, de psicofármacos como sujeción química y de sujeciones físicas que llevan al usuario a poner en marcha "conductas negativas extremas".

Después de este análisis, el autor plantea preguntas que deben hacerse los profesionales, ¿cómo mejorar la relación con el usuario?, si el usuario considera desagradable mi comportamiento con él, ¿qué debo hacer?,... todo ello para mejorar el trato con la persona cuidada y erredicar situaciones de abuso que ocurren actualmente de forma inconsciente porque no tenemos desarrolladas esas competencias de observación, escucha, comunicación .

G. Bettinger finaliza el libro en la misma línea que lo comienza, apostando por reflexionar sobre cómo cuidamos habitualmente siendo muy críticos con nuestro trabajo, por analizar la "conducta problemática" y verla como una "señal", por sentarnos con más frecuencia junto al usuario y por reflexionar más sobre nosotros mismos.



http://www.geertbettinger.com/

viernes, 4 de septiembre de 2020

Los miedos de Nicanora

Nicanora Condado González es una de las miles de personas mayores que no puede sentir cerca a sus familiares, en este caso a su sobrina. Apenas puede ver y oye muy poco. Necesita a su sobrina cerca,..tocarla, oirla, sentirla.. Cree que su sobrina ya no la quiere porque no la reconoce detrás de esa horrible marcarilla, en las contadas visitas que permite la residencia.

Nicanora tiene miedo. No puede entender que su sobrina que tanto la quería, solo hable con ella por teléfono. La necesita... y nadie la tiene en cuenta. Nadie tiene en cuenta a todas las personas mayores que si no mueren de Covid morirán de pena...o de soledad. 

Este es el testimonio de su sobrina Concha:

"La impotencia me ahoga... El 14 de marzo la perdí, siento eso, que la he perdido para siempre... A mí me gustaría apelar a lado humano de todas las personas responsables de la gestión y protocolos de las Residencias de Mayores. Les pido ayuda desde el alma, con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas. Quiero que consideren a nuestros mayores algo más que cifras. Que sus muertes importen, pero que no solo importen las muertes provocadas por la Covid, que importen también aquellas muertes provocadas por la pena... Ya sé que estas no engordan cifras, que no son publicadas, que no dan mala prensa... Pero señoras y señores, probablemente tanto a cualquiera de ustedes como a mí, si nos preguntasen sobre la opción de que nos mate el virus o la pena, creo que la mayoría daríamos por bueno el virus como causa. Privarles del cariño, del calor, de los abrazos, de los besos, de los mimos de los suyos es de una crueldad infinita, aunque no medie mala intención... 


Visitas programadas, a dos metros de distancia, ocultando nuestro rostro con la mascarilla a personas con un deterioro sensorial importante, que apenas ven, que apenas oyen... no son una solución... Básicamente porque ellos no nos conocen, porque  les faltan aquellos estímulos que nos hacen reconocibles, estímulos que despertarían su alma ante nuestra presencia...  

¿Tan difícil es dignificar su final? 

Da la sensación de que todo vale mientras no engrosen las cifras de muertos por Covid. ¿¡Qué más da cuántos! ? Lo que realmente parece que cuenta es la causa de la muerte. Si no ha sido por Coronavirus, no importa... El resto no son muertes computables, son simples muertes... ¿Qué más da la soledad y la angustia que hicieron que se fueran apagando mientras se les desgarraba el alma... ?

Me niego a creer que a estas alturas de la película no puedan existir otras fórmulas. Me niego a creer que solo valga hacer la vista gorda y mirar para otro lado..."
 
 

domingo, 24 de mayo de 2020

¿Son tiempos de "miedo"?

El miedo es la emoción que nos pone en alerta. Se dispara como una respuesta básica ante peligros que hay que actuar de forma inmediata o al menos prestar atención por lo que pueda pasar.
¿Son adaptativos los "miedos" que nos atenazan y nos paralizan?.

¿Qué preguntas puedo hacerme para sobre mi experiencia emocional de miedo?

  • Primero debo analizar QUÉ PIENSO cuando aparece esta emoción, qué pensamientos van unidos a este estado emocional.

  • Segundo, QUÉ HAGO cuando tengo miedo, qué acción o respuesta tengo ante la experiencia emocional de miedo. Estos comportamientos se denominan Conductas Impulsadas por las Emociones.

  • Tercero, debo analizar QUÉ SIENTO qué sensaciones fisiológicas experimenta mi cuerpo en presencia del miedo que siento en un momento determinado.

El "qué pienso" es un aspecto muy importante y crucial para abordar un problema de "miedo". Nuestras opiniones están mediatizadas por lo que veo, me dicen, escucho o interpreto que dicen. Para ello, en el momento de abordar un trastorno asociado a esta emoción, hay que realizar un análisis de cómo me llega la información. ¿El canal por el que me llega es fiable?, ¿es un amigo/a que me quiere y me va a decir la verdad?, ¿o me va a decir lo que quiero oír?, ¿es alguien manipulador que quiere llevarme a un estado emocional concreto?.

¿Y cómo interpreto yo la situación?. ¿La observo de forma objetiva, sin juzgarla, aceptándola?. Si es así como lo hago, desarrollaré una Conciencia basada en el presente y me permitirá realizar cambios en mis pensamientos y patrones de respuesta, que son los que pueden provocar unos síntomas que pueden ser patológicos.

Los patrones o errores de pensamiento más comunes suelen ser la sobrestimar la probabilidad (o saltar a las conclusiones) y catastrofizar (o pensar en lo peor).

Sobrestimar la probabilidad de que algo malo suceda, hay casos en los que me prepara para cuando ese hecho realmente suceda; el problema es cuando lo hago en cualquier situación y en todo momento. Esto hace que el miedo sea indiscriminado y no me deje vivir.

Tender a pensar que lo peor va a suceder realmente y no voy a ser capaz de afrontarlo, me introduce en un error de pensamiento que me atrapa en una interpretación de la realidad única y poco realista.

En estos casos debo aumentar mi flexibilidad para analizar las experiencias emocionales que me inoculan miedo y me paralizan. Esto incrementará mi percepción de grado de control o autoeficacia emocional. Es decir tengo que escribir yo mismo una posible realidad alternativa que no me produzca ansiedad y pánico, y que también es posible que ocurra.

Y en cuanto a las Conductas Impulsadas por la Emoción decir que son necesarias para responder con rapidez a nuestras emociones y en concreto al riesgo o miedo a algo. En otras situaciones pueden ser desproporcionadas y resultar desadaptativas, sobretodo en los casos en las que vienen determinadas por experiencias pasadas o interpretaciones de lo que ocurrirá en el futuro.








lunes, 11 de mayo de 2020

Cambiar para sobrevivir

En 1918 trás la finalización de la 1ª Guerra Mundial, la industria de ciudades como Eibar que dedicaba su actividad a la fabricación de armas, sufrió unos años de incertidumbre y crisis. En 1918 se decreta que las armas fabricadas en España no podían ni ser exportadas ni ser vendidas en el país. La debacle. Pero unos pocos años más tarde, concretamente en 1925, uno de los talleres industriales principales de Eibar, Gárate, Anitua y Cª inicia la fabricación de bicicletas después de años fabricando armas (rifles, escopetas, pistolas automáticas y revólveres). Su competencia más directa, 4 años después, la empresa Orbea y Cª deja de fabricar de forma exclusiva armas para fabricar también bicicletas. 







En aquellos años había un cuestionamiento sobre qué camino debía tomar la industria Eibarresa. Tradicionalmente el pequeño taller especializado se había situado en los edificios de viviendas, en los portales (de ahí el nombre de "Portaleros" como me comentaron que nos llamaban a los eibarreses), pero este modelo estaba en debate debido a su viabilidad frente a los grandes talleres industriales.
¿Pero cómo fue la transformación?, ¿cómo se pasa de fabricar una serie de productos para un sector determinado a fabricar otros totalmente diferentes?, ¿qué aspectos tuvieron que modificar estos talleres dedicados a la fabricación de armas?:
  1. Readaptación de la maquinaria
  2. Reeducación de los operarios
  3. Lucha comercial frente a monopolios
  4. Copiar otras experiencias de éxito

¿Qué nos queda actualmente por hacer para salir de esta situación sin ninguna certidumbre y con muchas dudas?. Lo mismo pero adaptado a nuestra situación:

  1. Readaptar mi negocio. ¿qué voy a ofrecer a partir de ahora a mis clientes de manera que los aspectos sanitarios y de prevención de riesgos estén cubiertos?, ¿qué nuevas necesidades quedan por cubrir ahora mismo y a medio plazo?.
  2. Formar a los miembros de mi equipo  ya que si mis clientes tienen nuevas necesidades y vamos a ofrecer nuevos servicios, mi personal debe estar preparado ( a nivel tecnológico, sanitario,...).
  3. Encontrar más que nunca el valor añadido de mi producto o servicio y encontrar mi "tribu" de clientes. Tus incondicionales, los que te van a buscar porque cerca no tienen a nadie que les ofrezca lo que les das tú.
  4. Para ello, debes mirar muy bien a negocios similares al tuyo y que hayan sabido diferenciarse de su competencia. te pueden dar ideas interesantes que aplicar en tu negocio. 
No son tiempos fáciles, pero ya hay empresarios y autónomos que ya están sabiendo leer la situación y se están adaptando a lo que viene. 
Quedarse parado no es opción. Camarón que se duerme...se lo lleva la corriente.


viernes, 1 de mayo de 2020

By Linda Vaugham



Querida mamaí­ta,
lo estoy haciendo muy bien.
Tengo sobresalientes en todo en la escuela
y ya no lloro a la hora de irme a la cama,
aunque mi nueva mamá¡ dijo que podía.
Recuerdo lo mucho que odias las lágrimas,
me las secabas a bofetadas
para hacerme fuerte.
Me parece que funciona.
He aprendido a usar un microscopio
y me ha crecido el pelo cinco centímetros.
Es bonito, igual que el tuyo.
No me dejan limpiar la casa,
sólo mi propia habitación,
¿no es una regla extraña?
Tú dices que los niños causan tantos problemas
al nacer que más les vale compensarlo.
No he de cuidar
de los otros niños, sólo de mí­, y eso me gusta.
Todaví­a siento el nudo en el estómago
cuando hago algo mal, pero
tengo escrito en mi espejo:
«Los niños se equivocan. No pasa nada».
Lo leo cada dí­a.
A veces, incluso me lo creo.
Me pregunto si alguna vez piensas en mí
o si te alegras de que la que creaba problemas se haya ido.
No quiero volver a verte nunca.
Muñeca, Chica, Triste, Llorar, Lágrimas, La Cara
                                                                  Te quiero, mamá


( Linda Vaugham)