Hoy es el día de salir y escribir por vosotras. Os suelo
decir que cada 3 o 4 meses salen en los medios de comunicación noticias sobre
las residencias de mayores nada agradables. Hipocresía. Durante estos días se
han filtrado noticias interesadas que vuelven (una vez más) a poner en
entredicho vuestro trabajo. ¿Por qué?. Porque se informa como se informa,
afirmando medias verdades y sin tener en cuenta como está organizado el ámbito
de las residencias de mayores. En Bizkaia el total de residencias son 213, de
ellas el 16% son públicas y el 84% privadas. El hecho de que existan demasiadas
residencias privadas, aumenta la posibilidad de descontrol y de la aparición de
prácticas indeseables con las personas mayores que allí viven. Aunque también
existen residencias privadas que son verdaderos hogares para vivir y que es
hacia donde tiene que avanzar el cuidado de personas dependientes. El problema
es que nadie habla de las condiciones en las que trabajan para poder cuidar de
otra manera, centrándose en las necesidades de cada persona. Me decís que me
fije en los recursos tanto materiales como humanos de los que disponéis.
Respondo que tenéis razón pero que debe ser una apuesta de país y que son
nuestros políticos los que deben cambiar eso. Que vosotras debéis cambiar
vuestra forma de trabajar para que vuestros mayores sientan que además de estar
curados de sus enfermedades (cuya responsabilidad no compete a las residencias)
se sientan queridos. Y al final lo hacéis, porque para vosotras no hay nada más
importante que vuestros "abuelos". ¿Pero en qué situación estáis
hoy?. Desbordados en la mayoría de centros. Personal el justo como siempre,
recursos escasos porque sois los últimos a la hora del reparto de material por
ejemplo. En definitiva olvidadas. Y pasará esta situación y a nadie le dará por
reformar el sector y proporcionar convenios laborales y ratios de personal
adecuados al trabajo que hacéis. Seguid ahí por favor, porque en
muchísimos casos hacéis de enfermeras, de psicólogas y de hijas de personas
mayores abandonadas en las residencias por sus hijos. Y gracias, nos vemos en
nada de tiempo.
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