¿Qué hacemos con las personas desempleadas mayores de 40 años?
En Ermua, según datos de Lanbide,
el 83% de las personas que están en situación de desempleo tienen 30 años o
más. De ellos, la mitad tienen más de 45 años.
Los/as desempleadas adultas/os
(que seguramente tienen cargas familiares) se encuentran en una situación en la
que además de una búsqueda que no da resultado, se ven privados de recursos de
los que antes disponían. Aunque estén formándose y adquieran nuevos
conocimientos y destrezas es necesario trabajar actitudes que favorezcan la
motivación y autorresponsabilidad en la búsqueda de empleo.
A nivel mental, la situación
produce en estas personas adultas menor bienestar psicológico general, mayor
nivel de sentimiento depresivo, mayor ansiedad, menos grado de satisfacción con
la vida y menor nivel de autoestima según los estudios que se han realizado.
Tendríamos que trabajar por una
parte las respuestas afectivas (¿Qué siento?), las respuestas cognitivas (¿Qué
creo?) y las respuestas conductuales (¿Qué voy a hacer?).
¿Pero realmente en qué ámbitos
estamos trabajando los psicólogos para ayudar a estas personas?. Trabajamos en
tres áreas interdependientes entre sí. La primera, desempeñamos funciones de
orientación para ayudar a las personas en su ubicación profesional. La segunda,
sería una función de equilibrio entre las competencias que debe tener un
trabajador/a en una organización y el nivel de cualificación real de la persona
desempleada. Es importante conocer por parte de los profesionales, la evolución
del mercado laboral e intuir las profesiones que no existen y se crearán en un
futuro próximo
Finalmente, la función que se
debería desarrollar es la preventiva que ayude a las desempleadas y
desempleados adultos a evitar la aparición de trastornos psicopatológicos. Por
eso se necesita que entidades sociales y administración cooperen para detectar
casos de riesgo.
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