sábado, 23 de diciembre de 2023

Familias y deporte


Entre los años 50 y 60 se crearon las Asociaciones de Madres y Padres (AMPA) con el objetivo de representar los intereses de madres, padres y tutores legales en los colegios de sus hijas e hijos. Formar parte de este tipo de asociaciones supone un compromiso en cuanto a dedicación de tiempo para participar en la gestión del centro desde la visión de las familias. Por mi trabajo en el ámbito sociosanitario, encuentro importante esa implicación de las familias teniendo a cambio, voz en los organos de participación que los centros habilitan para ello. Los centros que normalmente son cicateros en escuchar a los familiares de las personas dependientes que viven allí, normalmente tienen muchos problemas de comunicación que se reflejan en un ambiente de queja continua. Por tanto podríamos concluir que cualquier organización que educa, cuida, enseña un deporte a personas, debería tener canales de comunicación abiertos con las familias de forma constante, estructurada y transparente. ¿Qué ocurre con los clubes o escuelas deportivas donde juegan nuestros hijos y nuestras hijas?. Hay de todo. La realidad es que en pueblos pequeños, son los propios padres y madres los que organizan entidades deportivas donde acaban jugando sus hijos e hijas. Es un esfuerzo grande porque todos tenemos jornadas interminables de trabajo y horarios complicados para hacer compatibles las obligaciones laborales, nuestro ocio y la participación en este tipo de entidades. Pero la pregunta es, las personas que gestionan la entidad pese al esfuerzo que hacen, ¿tienen potestad para tomar decisiones sin que sea de forma compartida con el resto de padres y madres?. Yo creo que no. De la misma forma que las AMPA´s hacen esa función de vía de comunicación en los colegios, en los clubes o escuelas deportivas debería ser igual. Pedir la implicación de las familias pero sin darles la posibilidad de dar su opinión, me recuerda al lema "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo" de la época del Despotismo Ilustrado que rezuma paternalismo. Las organizaciones que no escuchan ni a trabajadores, ni a proveedores y ni a clientes y acaban agonizando.