miércoles, 28 de diciembre de 2022

La contradicción de "ganar tiempo, permaneciendo quieto", cuando cuidamos a una persona dependiente

Geert Bettinger en su libro "Avanzar permaneciendo quieto. Una visión diferente de la conducta problemática" señala con acierto, la causa principal del por qué no sabemos cuidar a la persona dependiente (y me da igual cuál sea su situación clínica) es que cuidamos sin ver las necesidades que tiene esa persona. Cuidamos desde el paternalismo. Cuidamos desde nosotros, no desde ellos.

Cuando hace 5 años comencé mi andadura profesional en la Fundación Cuidados Dignos de la Dra. Ana Urrutia, y conocí la Norma LIBERA-CARE de Atención Centrada sin sujeciones físicas ni químicas, como psicólogo, supuso un cambio de visión en cuanto al papel que debemos tener los psicólogos en el ámbito asistencial. Un psicólogo tiene que colaborar con un equipo interdisciplinar a la hora de analizar la conducta de una persona que siendo cuidada rechace los cuidados o tenga comportamientos que para el personal del centro sean "disruptivos". ¿Por qué?, Porque detrás del "Yo he sido un niño problemático" (capítulo del libro) de G. Bettinger, había un niño que necesitaba expresar lo que iba mal en su vida ("Contar su historia") y por eso mandaba "señales", como lo hacen las personas dependientes que no pueden expresarse con palabras. Y por esa razón el autor nos anima a "escuchar" de forma consciente esas señales.

Cuando entendemos la "conducta problemática como señal", buscamos las razones del comportamiento y en muchos casos, esta conducta viene causada por una incapacidad para interpretar esa señal por parte del personal cuidador. Y como no se sabe discernir entre la agitación de una persona por su patología o la agitación de una persona porque quiere ir al baño, o porque se le he hablado de forma no adecuada, o porque hoy ha venido la familia a visitarle,... en muchas ocasiones se utiliza medicación cuando la solución es otra: llevarle al baño, hablarle de forma adecuada, o prever que ese día la familia viene a verle.

Esto supone como dice el autor, tener claro que "cada ser humano es único y requiere de un enfoque único". Y requiere estar quieto porque "Al estar quieto, avanzas", conoces mejor a la persona cuidada y sus necesidades y eres capaz de interpretar mejor su comportamiento.

Se pregunta si reflexionamos sobre si el “cariño” de la persona que cuida contribuye a que un usuario obtenga o mantenga el control de su vida o es todo lo contrario.

O cómo sabemos si debemos “supervisar” o no, las decisiones de la persona cuidada. Ésto nos ayuda a poner delante del espejo nuestros comportamientos: ¿fomentamos la autonomía o seguimos siendo muy paternalistas?. Porque ese paternalismo hace que la persona cuidada “sea más dependiente de nosotros” y como dice Bettinger, tenemos que preguntarnos quién nos otorga ese derecho a que esa persona dependa de nosotros.

El autor no se olvida de normas, protocolos, reglas,... que en la mayoría de las situaciones se diseñan, no desde la perspectiva de los usuarios y sí, desde la perspectiva de instituciones y organizaciones asistenciales. Esas normas generales no dejan ver la individualidad de la persona, y no traslada a sus profesionales la visión de Atención Centrada en la Persona. Tal y como dice Bettinger, el profesional piensa "Lo haré a mi manera" y no entiende que el usuario "adopte una postura diferente a la que queremos"; e interpreta que el usuario "no quiere" o "no nos escucha",Etc...

El hecho de interpretar que el usuario se comporta "como quiere" y no vemos la señal que nos lanza: "No me ignores", tiene como consecuencia la utilización, en muchos casos, de psicofármacos como sujeción química y de sujeciones físicas que llevan al usuario a poner en marcha "conductas negativas extremas".

Después de este análisis, el autor plantea preguntas que deben hacerse los profesionales, ¿cómo mejorar la relación con el usuario?, si el usuario considera desagradable mi comportamiento con él, ¿qué debo hacer?,... todo ello para mejorar el trato con la persona cuidada y erredicar situaciones de abuso que ocurren actualmente de forma inconsciente porque no tenemos desarrolladas esas competencias de observación, escucha, comunicación .

G. Bettinger finaliza el libro en la misma línea que lo comienza, apostando por reflexionar sobre cómo cuidamos habitualmente siendo muy críticos con nuestro trabajo, por analizar la "conducta problemática" y verla como una "señal", por sentarnos con más frecuencia junto al usuario y por reflexionar más sobre nosotros mismos.



http://www.geertbettinger.com/